EPIGRAMA DEL DÍA

"La suerte es una fuerza compensatoria para beneficiar a los más torpes". (Prontuario de supervivencia, Pepe Gómiz)

EPIGRAMAS ANTERIORES

FICHA TÉCNICA

Descripción: Este blog es una nanoporción de mí mismo; a mi vez, nanoporción de la humanidad; a nuestra vez, nanoporción del universo; a su vez, nanoporción de un todo perteneciente al supratodo que ni llego a imaginarme.

Herramientas: Los fenómenos de mi experiencia, los noúmenos de mi fantasía, mi literatura, mi música y demás utillaje.

Valoración: De visita muy recomendable.

Expectativas: Tras consultar el DRAE, diré que vergatarias, padrísimas, óptimas.

Conclusión: Sin necesidad de consultar el DRAE, acción y efecto de concluir.

sábado, 8 de enero de 2011

YO, QUE DIOS, NO LO HARÍA



A lo tonto nos hemos metido en 2011. ¡Qué yuyu, nene! Un añito más y a tomar por culo el peluquín. Si queréis saber el número exacto de días que restan para el fin del mundo, esto es, el tiempo que os queda para encontrar pareja y trabajo, ganar dinero y gastarlo, tener hijos y criarlos, hollar la historia, peinar canas, ser felices y todo eso, la cifra está en las encuestas a pie de blog (tuve el apercibimiento de fijar como plazo para vuestros votos el 21 de diciembre de 2012; soy un cascabel, qué vamos a hacerle). Los Reyes me han traído un sabroso libro sobre el Apocalipsis, del que os entresaco lo siguiente: «… aparecerán tierras nuevas en el Atlántico y también en el Pacífico y, por el contrario, lo que ahora es la línea costera de muchas tierras se convertirá en el fondo del océano». Son palabras —no las más graves o preocupantes, ni mucho menos, aunque sí las que hoy me interesa resaltar— de Edgar Cayce (1877-1945), considerado el mejor vidente que haya existido. El angelito se dormía y, en ese estado de semiinconsciencia, profetizaba. Cayó en trance casi quince mil veces. Dejó boquiabierta a la gente de su época, no fallando jamás en sus vaticinios. Pero, y aquí voy, en este se columpió. ¿O pensáis vosotros que Greenpeace y el juez Rivera van a cruzarse de brazos mientras Dios modifica las costas tan bonitamente?... ¡Ja! ¡Por los cojones! Que se vaya preparando el Dador, que le van a dar, y bien dado. No sabe ese con quién se las gasta. Vamos, vamos. Tocar las costas… ¡Ni el que asó la manteca!

Hasta otra, mis dilectos visitadores.

3 comentarios:

  1. Hace tiempo que no escribo ningún comentario por aquí, pero sigo pensando y disfrutando de la magnífica literatura que se nos ofrece en este blog. Gracias por seguir al pie del cañón (o cañonazo).

    ResponderEliminar
  2. jajaja... Seguramente se irían los de Greenpeace en masa a comer bocadillos hasta hundir de nuevo esos islotes.
    Me alegro que te gustase el libro.
    Un besico muy grande!

    ResponderEliminar
  3. No te extrañe, jaquemake, suele ser su estilo.
    El libro es magnífico. No tiene desperdicio. Mil gracias.
    Besos también para ti, para Patricia y para Leo.

    ResponderEliminar

CONTACTO

  • pepegomiz@msn.com

DATOS PERSONALES

SEGUIDORES (pulsa F5 si no aparecen)