EPIGRAMA DEL DÍA

"La suerte es una fuerza compensatoria para beneficiar a los más torpes". (Prontuario de supervivencia, Pepe Gómiz)

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FICHA TÉCNICA

Descripción: Este blog es una nanoporción de mí mismo; a mi vez, nanoporción de la humanidad; a nuestra vez, nanoporción del universo; a su vez, nanoporción de un todo perteneciente al supratodo que ni llego a imaginarme.

Herramientas: Los fenómenos de mi experiencia, los noúmenos de mi fantasía, mi literatura, mi música y demás utillaje.

Valoración: De visita muy recomendable.

Expectativas: Tras consultar el DRAE, diré que vergatarias, padrísimas, óptimas.

Conclusión: Sin necesidad de consultar el DRAE, acción y efecto de concluir.

domingo, 29 de mayo de 2011

YO LA CONOZCO, Y BIEN NO ESTÁ


Mi alma me tiene muy preocupado. Lleva no sé ni el tiempo en huelga de hambre. Con lo bien que me comía antes y ahora es que no abre la boca. A este paso, se me muere. Le digo: —«¿Cogemos un rato la guitarra, hermosa?». No me contesta. —«¿Componemos algo?». Ni pío. —«¿Pasamos a limpio una partitura?». Lo mismo. Se queda como ausente. Con lo que siempre ha sido ella para la música, que era nombrársela y se ponía loca. —«¿Y escribir? ¿Quieres que escribamos?»… —«¿Prefieres leer?»… —«¿Retomo la arquitectura?»… —«¿Echas en falta la juerga? ¿Las copas? ¿Los amigos? ¿Acaso te sientes sola?»… —«Anda y dime qué tienes, que estoy muy preocupado, mujer»… —«¿Te apetece, quizás, pensar?»… Ni pensar siquiera. Esto es grave. Morirse sé que no se ha muerto, porque sufro como un demonio. Pero bien no está. Yo la conozco, y bien no está. —«¿Nos vamos de España? ¿Es eso? Sí, ¿verdad? Es eso. Que en España no nos hacen maldito el caso»… —«¿No dices nada?». ¡Me cachis en la mar, que me va a quitar la vida esta alma mía!

lunes, 9 de mayo de 2011

ENTREVISTA A LA SORPRESA


ENTREVISTA A LA SORPRESA

Están llamando a la puerta. Es raro a estas horas. No espero a nadie. Me asomo por la mirilla y es una mujer. Veamos qué quiere.

—Hola.

—¿Me entrevistas?

—¿Cómo dice?

—Que si me entrevistas.

—¿Que si la entrevisto?

—¿No haces entrevistas a personajes irreales?

—Sí.

—Pues eso. ¿Me entrevistas?

—¿Pero quién es usted?

—¿No lo adivinas?

—No sé. Me ha cogido por sorpresa.

—¡Caliente!

—Caliente, qué.

—Lo que has dicho.

—¿Lo que he dicho? Qué he dicho… ¡Ah, caramba! ¡Es la sorpresa!

—¡Te quemaste!

—Muy interesante. Pase, pase.

—Oye, qué bien te queda la calva.

—¿En serio?

—Y las canas.

—Vamos a precisar. ¿Es la sorpresa o es la mentira?

—No, no. De verdad. No parece que te estés pudriendo en esta pocilga fracasado, arruinado, olvidado y despreciado por tus semejantes…

—Tampoco hay que pasarse.

—… Tienes aspecto de que te fueran las cosas mucho mejor de lo que te van. Créeme.

—Se agradece. ¿Comenzamos?

—Comencemos.

—Sea bienvenida.

—Eres bien hallado.

—Con la de veces que me ha visitado usted, y no la he reconocido…

—Es lógico. Hace mucho que no te sucede nada especial.

—¿Mucho dice? ¡Si me llevo un sobresalto detrás de otro!

—Pero para ti no es especial. Es como inevitable. Como previsible. Sufres tantas calamidades y te has acostumbrado tanto a ellas que, cuando se presentan, no las consideras una sorpresa. Y, si no son calamidades, tampoco. Has perdido la capacidad de identificarme. Por eso no me reconociste.

—Será. Usted es más malilla que buena, ¿no?

—Depende de la persona.

—¿Me está diciendo que soy yo el responsable de que las sorpresas sean agradables o desagradables?

—Todos, con sus actos, deciden de algún modo.

—¿Deciden?

—Propician. ¿No tienes un epigrama que dice ‘el naufragio no es ninguna sorpresa para quien se expuso a él viajando en barco’?

—Cierto.

—Pues ahí lo tienes. En cualquier caso, yo me limito a cumplir ódenes. Se me hacen encargos concretos para cada persona y para cada momento de la vida de esa persona. Encargos que, como sabemos, no son siempre de la misma naturaleza, aun tratándose de la misma persona.

—¿Quién le hace esos encargos?

—Es muy complejo. No lo entenderías.

—Pruebe.

—Digamos que la superioridad.

—Los extraterrestres de los cojones…

—Dejémoslo en la superioridad a secas.

—Antes ha mencionado uno de mis epigramas. ¿Está de acuerdo con este?: ‘El hombre fabrica presentimientos porque Dios inventó la sorpresa’.

—Muy de acuerdo. Aunque es un asunto del que prefiero no hablar. Entiende que el presentimiento y yo no somos lo que se llama grandes amigos.

—Se pisan mutuamente. ¿Me equivoco?

—Admitamos que hay entre nosotros un conflicto de intereses.

—Ahora que lo pienso… ¡Claro! Solo el presentimiento consigue sorprender a la sorpresa… Anular sus efectos…

—No sigas por ese camino.

—… El presentimiento es la sorpresa para la sorpresa…

—¡Basta, te digo!

—Perdone, no era mi intención incomodarla.

—¿Algo más?

—¿Me visitará próximamente?

—No lo dudes.

—¿Y a la humanidad en bloque?

—Dalo por hecho. Y que sepas que vendré muy, pero que muy gorda. Gorda como no imagináis. ¡Como nunca me habéis visto de gorda!

—Pero si están de moda las delg…

—¿Hemos terminado?

—Sí, gracias. Ha sido un placer.

—…

domingo, 8 de mayo de 2011

POBRE DIOS


POBRE DIOS

Un hombre fue a quejarse a Dios.
—Soy un desgraciado.
—Créeme —dijo Dios—. Feliz, estarías sufriendo mucho más.
El hombre se fue conforme. Y Dios pensó:
—«¿Hasta cuándo podré seguir manteniendo esta farsa?».

Fin
(Estupideces III, Pepe Gómiz)

sábado, 7 de mayo de 2011

XVIII PREMIO 'PEPE GÓMIZ' AL MEJOR MICROCUENTO DE INTERÉS SOCIOLÓGICO


Por hurgar con trazo breve pero certero en la soledad y el egoísmo humanos, se acuerda, de manera unánime, conceder el ‘XVIII Premio “Pepe Gómiz” al mejor microcuento de interés sociológico’ al relato ‘Cada loco con su tema’ de Pepe Gómiz.

CADA LOCO CON SU TEMA

Un hombre se tiró de un edificio, estrellándose contra el suelo. Se acercó a él un transeúnte:
—Oiga. ¿Se me ve muy calvo desde arriba?

Fin
(Estupideces III, Pepe Gómiz)

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  • pepegomiz@msn.com

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