POBRE DIOS
Un hombre fue a quejarse a Dios.
—Soy un desgraciado.
—Créeme —dijo Dios—. Feliz, estarías sufriendo mucho más.
El hombre se fue conforme. Y Dios pensó:
—«¿Hasta cuándo podré seguir manteniendo esta farsa?».
Fin
(Estupideces III, Pepe Gómiz)
No hay comentarios:
Publicar un comentario