EPIGRAMA DEL DÍA

"La suerte es una fuerza compensatoria para beneficiar a los más torpes". (Prontuario de supervivencia, Pepe Gómiz)

EPIGRAMAS ANTERIORES

FICHA TÉCNICA

Descripción: Este blog es una nanoporción de mí mismo; a mi vez, nanoporción de la humanidad; a nuestra vez, nanoporción del universo; a su vez, nanoporción de un todo perteneciente al supratodo que ni llego a imaginarme.

Herramientas: Los fenómenos de mi experiencia, los noúmenos de mi fantasía, mi literatura, mi música y demás utillaje.

Valoración: De visita muy recomendable.

Expectativas: Tras consultar el DRAE, diré que vergatarias, padrísimas, óptimas.

Conclusión: Sin necesidad de consultar el DRAE, acción y efecto de concluir.

martes, 28 de junio de 2011

UN CAFÉ


UN CAFÉ

—¿Me pone un café?
—Cómo no.
El hombre se impacientaba.
—Oiga. ¿Me pone, o no me pone ese café?
—Disculpe, señor —dijo el camarero—. El café lleva puesto media hora.
—¿Y qué hace que no lo trae?
—Perdone. Solo me habló de ponerlo, no de que se lo trajera.
—Ya. Entonces, ¿me trae un café?
—Con gusto, señor.
El camarero cogió un café que había rechazado otro cliente.
—Pero ¿qué hace? Este café se lo ha puesto a él.
—Perdone. Solo me habló de traerlo, no de que se lo pusiera.
—Está bien, listillo. ¿Me pone y me trae un café? ¿Que sea el café que me trae el mismo que me pone? ¿Y que me pone ahora en este momento?
—Por supuesto, señor.
—¿Solucionado?
—No me atrevo a asegurarlo. Veré con esos datos qué puedo hacer.

Fin
(Estupideces, Pepe Gómiz)

domingo, 26 de junio de 2011

¡QUÉ LENGUA!


¡QUÉ LENGUA!

—Vas tardísimo, bastardísimo.
—Ya te he oído.
—¡Vas tardísimo, muy bastardo!
—Ah.

Fin
(Estupideces III, Pepe Gómiz)

martes, 14 de junio de 2011

ENTREVISTA A LA CRISIS ECONÓMICA


ENTREVISTA A LA CRISIS ECONÓMICA

Es telaraña mundial. Insorteable. Omnipresente. Es la entradora del infierno. Artesana del hambre. Es la protervia matriz. Viene a exterminarnos. Y trae consigo la locura.

—Gracias por concederme esta entrevista.

—Qué menos.

—¿Es consciente del inmenso daño que nos está haciendo?

—Lo soy.

—¿Y entonces?

—Entonces, qué.

—¿Por qué lo hace?

—Es mi misión.

—¿Tiene la misión de hacernos daño?

—Sí.

—¿Quién le ha encargado esa misión?

—Mis superiores.

—¿Quiénes son sus superiores?

—Los mismos que los vuestros.

—¿Dios?

—Dios tiene intermediarios.

—¿Esos intermediarios, entonces?

—Sí, pero…

—Pero qué.

—Los intermediarios no hacen nada sin permiso de Dios.

—¿Quiere decir que Dios permite esta canallada?

—Todo es por algo. Y todo para vuestro bien.

—No veo el bien por ninguna parte.

—Dios no perjudica por el placer de perjudicar. Lo hace para vuestro provecho.

—Insisto: No veo el bien por ninguna parte. Y, aún menos, el provecho.

—Son pruebas de las que saldréis fortalecidos. Aunque ahora no lo entiendas.

—¿Pruebas? ¿Fortalecidos? ¿Pero qué milongas está contando? Esto me suena al mismo rollo de siempre. El futuro. El futuro… La eterna excusa. El gran aliado de Dios. Todo es con vistas al futuro. Pero ¿qué ocurre con el presente? Las estamos pasando putas, amiga mía.

—¿Ves como no lo entiendes?

—Lo que entiendo es que así no podemos seguir. Sin dinero. Sin trabajo. Sin dignidad. Sin tener cubiertas las necesidades básicas. Temiendo morir de inanición. Acabar durmiendo a la intemperie. No somos animales, ¿sabe?

—¿Estás seguro?

—¡Cómo! ¿Cachondeos encima?

—Olvídalo.

—¡No me da la gana de olvidar nada! ¡Estoy harto! ¡No aguanto más! ¡Quiero que se largue, que desaparezca y nos deje vivir de una maldita vez!

—Cálmate… ¿Cómo te llamas?

—¡Y qué cojones importa cómo me llamo! ¡Soy uno de tantos!

—Pero si es bien sencillo, hombre. ¿No ves las cosas de manera distinta desde que llegué yo? ¿No valoras pequeños detalles que te pasaban desapercibidos? ¿No te sientes más próximo a los problemas ajenos que antes? ¿No eres más paciente? ¿Más comprensivo? ¿Más generoso? ¿No desearías ayudar a otros si pudieras puesto que tú mismo estás experimentando como nunca la necesidad? Dime. ¿No se están obrando todos esos cambios en ti?

—…

—¿Cómo dices, entonces, que no ves el bien ni el provecho por ninguna parte?

—…

—Deja a Dios, que Él sabe lo que se lleva entre manos. Ten paciencia y al final del camino recogerás el fruto. No te quepa duda.

—Gracias por sus respuestas.

—Gracias por tus preguntas.

—¿Se irá pronto?

—¿De tu lado? Cuando se me ordene. Y puedes estar seguro de que se me ordenará cuando hayas aprendido todas las lecciones que traigo para enseñarte.

—¿Es decir?

—Cuando sea mejor para ti.

—Ha sido un placer.

—Igualmente.

—Por cierto, me llamo Pepe.

—Yo, Crisis. Crisis Económica. La más interminable y feroz crisis económica que ha conocido y conocerá esta civilización en toda su historia.

miércoles, 8 de junio de 2011

XIX PREMIO 'PEPE GÓMIZ' AL MEJOR MICROCUENTO DE INTERÉS SOCIOLÓGICO



Por advertirnos breve y sagazmente de que, sean cuales fueren las circunstancias, vivimos expuestos a la crítica, se acuerda, de manera unánime, conceder el ‘XIX Premio “Pepe Gómiz” al mejor microcuento de interés sociológico’ al relato ‘Vanidad inversa’ de Pepe Gómiz.

VANIDAD INVERSA

Dos criticaban a un tercero:
—Mira ese. Se cree inferior a todos.
—Tienes razón. Se le ha subido el fracaso a la cabeza.

Fin
(Estupideces III, Pepe Gómiz)

CONTACTO

  • pepegomiz@msn.com

DATOS PERSONALES

SEGUIDORES (pulsa F5 si no aparecen)