
No dejo de insistir en que el diccionario es el mejor libro que pueda leerse. Las palabras que contiene nos traen noticia de todo lo imaginable, y su ordenamiento alfabético nos lleva de uno a otro concepto de manera veloz y sorpresiva, en un ejercicio salutífero para el cerebro, creo que incluso divertido, y de singular enriquecimiento para la cultura del consultante. De veras, lo recomiendo.
Fijaos, verbigracia, en la extraordinaria lección de doma animal que nos da el Diccionario de Autoridades:
- ZAPE. Voz que se usa para espantar los gatos, acompañada muchas veces con golpes, por lo que huyen al oírla.
O sea, que no hay que sacudirle siempre al gato, sino solo al principio, hasta que asocie la palabra con el golpe. Adquirido el aprendizaje, se librará del maltrato. ¡Ni Ángel Cristo lo supera! Por no mencionar que se adelanta en más de un siglo y medio a la ‘Ley del reflejo condicionado’ de Pávlov.
Y, como veis, no ha hecho falta abrir un libro especializado para obtener tan curiosa información. Ha bastado un diccionario. Fantástico, ¿no os parece?
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