NÁUSEAS
Paquito me ha traído la jarra y, como no había faena y el mierda no estaba, se ha sentado conmigo un rato.
—¿Cómo va eso, don José?
—Mal.
—La crisis. ¿verdad?
—La crisis y otras cosas.
—¿Qué cosas?
—Para empezar, me jode tener que fumar en la puta calle como los perros.
—Los perros no fuman.
—¿También tú me vas a tocar los cojones, entelequia de sección de saldos?
—Uf, cómo está usted hoy, don José. Era broma, hombre.
—Y estos mierdas del PP, sin quitar la ley antitabaco. Para continuar, los bancos no tienen vergüenza.
—Ahí sí que estoy de acuerdo.
—Trincan las ayudas. No dan créditos. Exigen el pago de las deudas. Dejan a la gente sin casas. Y estos mierdas del PP sin sacar la dación en pago.
—Vaya. La ha tomado con el PP.
—No. La he tomado con quien, pudiendo solucionar el problema, no lo soluciona. Llámese PP, pipí o popó. ¿Queda claro?
—Muy claro.
—¿Sigo?
—Siga.
—Los medios de comunicación.
—¿Qué les pasa?
—Están podridos. Dan asco. No son informadores neutrales. Son chismosos oportunistas. Sectarios sin escrúpulos. Todo les vale por un titular. Y, encima, están endiosados.
—La culpa es nuestra.
—En efecto. La culpa es nuestra por prestarles oídos.
—¿Qué más?
—¿Qué más? Donde mires dan náuseas. Es la sociedad entera lo que apesta. No ya solo los políticos o la banca o la prensa. No. La sociedad al completo. Porque el ser humano ha devenido en monstruo, Paquito. Un monstruo ególatra, mezquino y desprec…
—¿Atiende alguien? —han llamado de otra mesa.
—Perdone, don José.
—Sí, sí. Ve a lo tuyo.
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