LA DUDOSA EXISTENCIA DE TODO LO QUE EXISTE
—Gracias, Paquito. Ayer me preguntó un amigo si existes.
—¿Si existo?
—Sí.
—¿Y qué le dijo?
—La verdad es que no supe muy bien qué contestarle. Porque existes y no existes. Eres tú y eres yo. Eres nosotros y eres los demás. Eres un fin y eres un medio. Eres real y eres fantasía. Eres meta y eres camino. Eres…
—Don José. El jefe me va a cortar los huevos.
—Ah, sí, sí. Ve a lo tuyo.
—¿La palabra de hoy?
—No puede ser otra que entelequia.
—¿Qué significa?
—Es muy difícil de explicar. Pero, más o menos, lo que estamos hablando. Tú eres una entelequia de mí. Yo una entelequia de ti. El proceso que me convierte a mí en ti es una entelequia. El que te convierte a ti en mí, también. Etcétera. Y todo eso, por supuesto, desde la noción aristotélica de la entelequia. Porque si nos detenemos en otros filósof…
—Don José. Que hay mucha faena.
—Pues venga, venga.
Ya se iba.
—Escucha, Paquito. Si te preguntan cómo te llamas, no digas que ‘entelequia’.
—¡Joder, don José! —respondió enfadado— ¡Que no soy tonto!
—Ya, hombre, ya. Te lo decía por si acaso.
—Qué cosas tiene…
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