ENTREVISTA A LA IGNORANCIA

Hay dos tipos de ignorancia. Una, discreta y respetable, a la que llamaré ‘ignorancia buena’, pues antes mueve a compasión que a enojo. Y otra, presuntuosa y despreciable, a la que llamaré ‘ignorancia mala’, pues obra el efecto contrario. Es esta última, más una meta buscada que una fatal circunstancia, el objeto de la entrevista.

ENTREVISTA A LA IGNORANCIA

Pertenece a la extensa galería de monstruos que nos reciben al nacer. Compañera inseparable de la vida para muchos, logran otros alejarla, no sin gran esfuerzo, al pasar de los años. Intrépida y descarada. Imposible de ocultar. Un tiempo avergonzó. Hoy genera indiferencia, e incluso enorgullece y hasta se le aplaude. Fue causa de penurias. Ahora es fuente de prosperidades. Es la ignorancia. La más común característica de los humanos. Procedo a entrevistarla.

—Sea bienvenida.

—No me cambies el nombre. Me llamo ignorancia.

—¿Con hache o sin hache?

—¿Hache? ¿Qué es eso?

—Déjelo. ¿Cómo se encuentra?

—¿Yo? Divinamente.

—Puede decirse que viviendo una época dorada, ¿verdad?

—Hablas muy raro. No te entiendo.

—Digo que está usted en un buen momento.

—Ah. Yo sí.

—Que no le falta ni gloria.

—¿Y por qué me iba a faltar?

—Reconocerá, al menos, que las cosas eran antes más difícles.

—Para quién, ¿para mí? Eso era antes. Ahora estoy yo como una reina.

—Pues eso digo. Y, desde que se ha metido en política, ya ni hablemos…

—De izquierdas. Política de izquierdas. Que quede claro. Que yo no soy una fascista de esas.

—Sí, sí. De izquierdas. Naturalmente. Pero que en puestos de mucha responsabilidad, ¿eh? Dirigiendo los destinos de España, como quien no quiere la cosa.

—¡Porque me sale del coño! ¿No hay igualdad para todo el mundo? Pues ya está.

—Claro, claro. Como tiene que ser. ¿Sabe que me están dando náuseas?

—¡Pero qué raro hablas, tío!

—Ganas de vomitar.

—Pues no será por mí, porque yo soy muy limpia.

—Y muy burra.

—¡Oye, tú, sin faltar!

—Y lo más osado que he tenido nunca enfrente.

—¡Mira que te denuncio por malos tratos!

—Sí. Denunciar se le da de perlas.

—Oye, ¿esto va a salir por la tele?

—En ‘Salsa Rosa’ y en ‘Sálvame Deluxe’, como mínimo.

—Huy, qué bien.

—Pero me temo que no va a poder verlo. Creo que le coincide con un pleno en el Congreso.

—¿Un qué dónde?

—Un pleno en…

—Bueno, pues dejo el vídeo grabando.

—¿Un libro?

—No, el vídeo.

—Que escoja un libro.

—¿De dónde?

—Un libro que le guste.

—Ah… No. Yo es que leo poco.

—¿Una película?

—‘Titanic’.

—¿Un actor?

—¿Un actor?... ¿Puedo decir dos?

—Uno solo.

—Entonces, Leonardo di Caprio. Pero es que me gusta mucho también…

—Uno solo.

—... Brad Pitt.

—¿Una…?

—Y de actrices, la Angelina Jolie.

—¿… música?

—La Lady Gaga.

—¿Un artista?

—Ya te lo estoy diciendo: la Lady Gaga.

—¿Hablas otros idiomas, aparte del español?

—Claro. Catalán, gallego y vasco. Y mejor que el español.

—Eso espero. ¿Has viajado?

—Por todo el mundo. Me queda por ver unos cuantos sitios de África solamente.

—Para eso se necesita dinero.

—Tengo.

—¿Y trabajo?

—También tengo. Tres o cuatro.

—¿Tres, o cuatro?

—No me acuerdo ahora.

—Vaya, que de los veinte mil euros mensuales no baja.

—Qué menos voy a ganar.

—¿Teme por su futuro?

—No. ¿Por qué iba a temer?

—Tiene buenos contactos…

—La verdad es que sí.

—¿Ha estudiado alguna vez?

—¿Estudiar? ¿Para qué?

—¿Hipotecas?

—Qué va. Me las quité hace mucho tiempo.

—¿Cree en Dios?

—Soy atea… O no, mejor… ¿Cómo le dicen?... Ah, sí. Laica… Bueno, es que no sé bien la diferencia. Pero que no creo, no.

—¿Su opinión sobre la muerte?

—¿Sobre la muerte? Pues que te mueres y se acabó.

—¿Es feliz?

—Muy feliz. ¿Es que no se me nota?

—Sí. En las fotos se le ve siempre sonriendo.

—Claro. Hay que ser positiva y vivir la vida.

—¿Femenino de ‘miembro’?

—¿Femenino? ¿Que si soy feminista? Sí. Muy feminista. Lo máximo posible.

—Vale. Hemos terminado. Muchas gracias por su colaboración.

—Entonces, sale por la tele, ¿no?

—Sí, sí. No se preocupe.

—Es que estoy pensando que, en vez de poner el vídeo, lo que hago es que me pido el día de asuntos propios.