
FUTBOLISTA
Un joven planteó a sus padres que abandonaba los estudios. Quería ser futbolista.
—¿Futbolista? —se extrañaron— Por supuesto que te apoyaremos en todo lo que decidas. Cuenta con nuestra ayuda incondicional, pero ¿futbolista? Si nunca te hemos visto con una pelota. Es más, nunca te hemos visto hacer ejercicio. Ni correr siquiera. Aparte, los futbolistas deben tener mucho nervio y grandes reflejos. Y tú, no nos engañemos, eres más bien plasta y tirando a torpe, hijo. No te enfades. Y esa abnegación para estar siempre viajando, con lo poco que te gusta a ti viajar. Entiéndenos, si no se trata de desanimarte, pero si viéramos algo, aunque solo fuera el más mínimo indicio de que llevas dentro un futbolista, no estaríamos hablando nada de esto. Te diríamos «adelante», y ya está. ¿No crees?
El joven contestó:
—Sí, bueno, la verdad es que…
—¡Suficiente! —interrumpió el padre— Mañana mismo empiezas a entrenar.
Fin
(Estupideces, Pepe Gómiz)
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