
Pues quería cerrar febrero con Parravicini, pero no. Pongo la tele hace un rato y sale una tía diciendo: “La recomendé a su madre que la comprara una mascota”. ¡Ole ahí su coño! La séneca en cuestión es una psicóloga que da consejos a los infelices que llaman solicitándolo. Vamos a ver, señores. ¿Qué mierda de consejos puede dar quien no conoce ni su propio idioma? El que habla así demuestra no haber cogido un libro en su puta vida. Dejen ya las tiparracas del mundo entero de jugar a ser hombres, y aplíquense a las obligaciones que de natural les son propias y no a meter las narices donde no les corresponde, que la batalla del vivir es muy seria y hay padres de familia sólidamente formados que no tienen con qué alimentar a sus hijos, mientras estas golfas incultas y sinvergüenzas se lo llevan calentito todos los meses para bolsos y peluquerías. ¿O es mentira? “La recomendé a su madre que la comprara una mascota”… ¿No es para darle dos hostias y echarla a patadas? ¡Sus muertos!
Y ayer, lo mismo. Enciendo el transistor y oigo: "Preveer", en vez de 'prever", "embaucar", en vez de 'embarcar'... Ahora, eso sí, tenía la menda una voz ronca de parroquiano tabernario, que acojonaba escucharla, ¿eh? No vayáis a pensar que era cualquier cosa la vivales, que se te ocurre mirarla mal y te capa de una dentellada. Cuidao, que no es una broma. ¡Sus muertos, también, de esta!
Y no sigo, que canso y enfado.
(Vaya cierre de febrero, nene).
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