(Publicado en mi blog antiguo el martes 22 de septiembre de 2009)
- Don José, ¿algún consejillo?
- Autocrítica, Paquito. La autocrítica es fundamental.
- Muy bien.
- Cada semana salva el trabajo de un solo día. El resto, destrúyelo.
- De acuerdo.
- Haz lo mismo cada mes y cada año.
- ¿Quiere decir que, cada año, me quede con el trabajo de un solo día y destruya lo demás?
- Exactamente. Y, antes de morir, otro tanto.
- ¡Cómo! ¿Que, de toda mi vida, salve un solo día?
- En el mejor de los casos.
- ¿O sea, que puede que ni eso?
- Lo has cogido.
- Jo, don José, cómo está usted hoy.
- Don José, ¿algún consejillo?
- Autocrítica, Paquito. La autocrítica es fundamental.
- Muy bien.
- Cada semana salva el trabajo de un solo día. El resto, destrúyelo.
- De acuerdo.
- Haz lo mismo cada mes y cada año.
- ¿Quiere decir que, cada año, me quede con el trabajo de un solo día y destruya lo demás?
- Exactamente. Y, antes de morir, otro tanto.
- ¡Cómo! ¿Que, de toda mi vida, salve un solo día?
- En el mejor de los casos.
- ¿O sea, que puede que ni eso?
- Lo has cogido.
- Jo, don José, cómo está usted hoy.
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