(Publicado en mi blog antiguo el miércoles 7 de octubre de 2009)
Te propongo un juego: Encasilla al individuo de la foto valiéndote de las siguientes dos opciones.
A. Es un portero de discoteca.
B. Es el hombre más inteligente del mundo.
La A, ¿no es así? Claro. Cara de boxeador, hipertrofia muscular, manos como tenazas... Bien, bien. Acertaste. La opción A es correcta (ejerció de portero durante 20 años en Long Island). Solo una salvedad: ¡La opción B también!
El 'angelito' se llama Chris Langan, y está considerado el hombre más inteligente del mundo. Su IQ supera al de Einstein y revienta los test de inteligencia, que no están diseñados para tales demasías. Buscad sobre él en Internet. Os adelanto que saltó a la fama en un programa de televisión, que es autodidacta, que propone un modelo teórico-cognitivo del universo y que asegura poder demostrar, mediante las matemáticas, la existencia de Dios, del alma y del más allá.
Confirma, pues, este "gorila" la figura del 'eslabón perdido'. Pero no situado entre el mono y el hombre, como se venía buscando, sino entre el hombre y Dios. Quién lo iba a imaginar...
Te propongo un juego: Encasilla al individuo de la foto valiéndote de las siguientes dos opciones.
A. Es un portero de discoteca.
B. Es el hombre más inteligente del mundo.
La A, ¿no es así? Claro. Cara de boxeador, hipertrofia muscular, manos como tenazas... Bien, bien. Acertaste. La opción A es correcta (ejerció de portero durante 20 años en Long Island). Solo una salvedad: ¡La opción B también!
El 'angelito' se llama Chris Langan, y está considerado el hombre más inteligente del mundo. Su IQ supera al de Einstein y revienta los test de inteligencia, que no están diseñados para tales demasías. Buscad sobre él en Internet. Os adelanto que saltó a la fama en un programa de televisión, que es autodidacta, que propone un modelo teórico-cognitivo del universo y que asegura poder demostrar, mediante las matemáticas, la existencia de Dios, del alma y del más allá.
Confirma, pues, este "gorila" la figura del 'eslabón perdido'. Pero no situado entre el mono y el hombre, como se venía buscando, sino entre el hombre y Dios. Quién lo iba a imaginar...
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