(Publicado en mi blog antiguo el miércoles 29 de julio de 2009)
AUTOPREMIO
Un escritor con problemas económicos decidió organizar un premio literario. Las bases del concurso quedaban claras: solo podía presentarse él, y el jurado sería él. Todo lo demás era libre: asunto, extensión, formato, número de copias, fecha de entrega… El valor en metálico del galardón aún estaba pendiente. Peregrinando de aquí para allá, rechazado sin miramientos en todas partes, al fin dio con alguien que apreció la originalidad del premio, dotándolo con una fuerte suma sin poner condiciones. Restaba, pues, escribir el libro.
Aunque la victoria estaba asegurada, y aunque necesitaba mucho el dinero, el honesto escritor se tomó tiempo para hacerlo. La calidad de la obra era lo más importante.
Años más tarde, se enviaba a sí mismo por correo certificado unos cien folios, escritos a una sola cara y doble espacio. Cuando llegaron los leyó, y emitió un dictamen que introdujo en un sobre lacrado. Abrió después el sobre, y se le cayó el mundo encima: El premio había sido declarado “desierto”.
Fin
(Estupideces, Pepe Gómiz)
El relato anterior, incluido en mi libro (no publicado) "Estupideces", abona el terreno para explicaros en qué consiste esta nueva sección. La idea es crear los premios "Pepe Gómiz", a los que solo podré concurrir yo. Mis cojones, que dicen los castizos. Habida cuenta de la enorme importancia que van adquiriendo los premios para alcanzar fama, no quiero dejar mi currículo huérfano de laureles. Pero introduzco una novedad: desde un simple proyecto de arquitectura hasta un formidable pedo mañanero, desde una propuesta para erradicar el hambre en el mundo hasta un grano en las ingles, desde una bomba que tire hasta una mosca que mate, todo, digo, lo imaginable podrá entrar en concurso. El único requisito es que concierna a mi persona, bien como autor, bien como sujeto paciente, bien como lo que me salga de las mismísimas narices. No habrá premios en metálico: Estoy sin un duro y acabaría debiéndome a mí mismo, tendría que denunciarme por impago, iba a ser el hazmerreír de los jueces y por ahí no paso. Sí, en cambio, como sucede en el relato, el premio podrá ser declarado desierto. Y, más o menos, ya está. Veréis la de premios que voy a tener. Queda, pues, abierta, con carácter oficial y permanente, la convocatoria a los premios "Pepe Gómiz". Buena suerte, Pepe Gómiz. Pepe Gómiz.
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