(Publicado en mi blog antiguo el miércoles 22 de julio de 2009)
Ayer* tenía el alma por los suelos. Menos mal que aguanté la tentación de escribir algo, porque no quiero ni pensar en los disparates que hubiera rubricado. Ya me lucí lo suficiente con la entrada que titulé "SOY TÚ" el lunes 20 de julio. Qué vergüenza, por Dios, desnudarme de ese modo. Hoy no es que esté la cosa para lanzar cohetes, aunque reconozcamos que se aprecia cierta mejoría: me apestan los sobacos más que ayer*, sí, pero menos que mañana; he hablado por teléfono con mi señora madre, lo que siempre descarga un tanto la conciencia; he tocado un poco la guitarra; mis acreedores aún no me han dado el coñazo cuando son las 13:25; en fin... que no puedo quejarme. No obstante, voy a quejarme. ¡Aaaaaaaaaaaaaaaaaayyyyyyyyyy!
* (Por cierto, es indispensable inventar cuanto antes sinónimos de "ayer". No soporto tener que repetir palabras en el mismo párrafo. Probeza idiomática de los cojones...).
Ayer* tenía el alma por los suelos. Menos mal que aguanté la tentación de escribir algo, porque no quiero ni pensar en los disparates que hubiera rubricado. Ya me lucí lo suficiente con la entrada que titulé "SOY TÚ" el lunes 20 de julio. Qué vergüenza, por Dios, desnudarme de ese modo. Hoy no es que esté la cosa para lanzar cohetes, aunque reconozcamos que se aprecia cierta mejoría: me apestan los sobacos más que ayer*, sí, pero menos que mañana; he hablado por teléfono con mi señora madre, lo que siempre descarga un tanto la conciencia; he tocado un poco la guitarra; mis acreedores aún no me han dado el coñazo cuando son las 13:25; en fin... que no puedo quejarme. No obstante, voy a quejarme. ¡Aaaaaaaaaaaaaaaaaayyyyyyyyyy!
* (Por cierto, es indispensable inventar cuanto antes sinónimos de "ayer". No soporto tener que repetir palabras en el mismo párrafo. Probeza idiomática de los cojones...).
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