(Publicado en mi blog antiguo el martes 26 de mayo de 2009)
Paquito llevaba ya un buen rato enfrascado en una esquina del bar. Parecía escribir algo. Me acerqué.
- ¿Cómo lo llevas, Paco?
- Aquí, haciendo una cosilla, don José. Échele un vistazo.
COMO ASESINAR AL REY
1º llamar a la zarzuela ,al que se ponga le decimos que queremos hablar con el rey , y si nos dice que para que le decimos que es personal.
2º cuando se ponga el rey lo inbitamos a cenar en la casa.
3º cuando este cenando el rey le apuntamos con una pistola y asi piensa que le vamos a pegar un tiro y se protege. pero entonces le pegamos un hachazo que no se lo espera.
4º y listo.
- ¡Paco, qué disparate es esto!
- ¿Le gusta?
- ¡Cómo coño me va a gustar! ¿Tú vas buscando que te metan en la cárcel?
- Usted me dijo que no importa lo que se cuente, sino cómo se cuente.
- Anda, anda, Paquito, que pareces tonto. No importa lo que se cuente, siempre que sean temas razonables. Pero no estas majaderías.
El pobre se quedó helado.
- Y, además, Paco, esto está muy mal escrito. ¿Es que no conoces los acentos, hombre? No has puesto ni uno. ¿Y las mayúsculas? Los párrafos se empiezan con mayúscula. Y también se pone mayúscula después del punto. ¡Un desastre, Paco!... "Inbitamos" con b...
- Vaya. Pues no sabía yo que gasta usted esa mala leche, que se parece usted a una seño que tuve que me traía amargado con la mala hostia que tenía la tía.
- Vamos a ver, Paco. Ni mala leche, ni mala hostia. Que las cosas son como son, o no son.
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