(Publicado en mi blog antiguo el miércoles 27 de mayo de 2009)
Dos mujeres que me crucé en la calle se detuvieron al verme y exclamaron: "El David de Miguel Ángel". Confieso que me sentí halagado.
- Muchas gracias -contesté, y seguí mi camino dejando a las dos buenas señoras boquiabiertas sin quitarme ojo de encima.
Las semanas posteriores parecía otro. Sin perdonar un solo espejo. Componiendo muecas imposibles en presencia de damas. Afectando un entono que daba asco mirarme. Aquel solo piropo bastó para convertir a un hombre, hasta la fecha, digno en un pisaverde engreído. Así somos. El caso es que, hace unos días, iba yo paseando cuando me topé a un fulano idéntico a mí. No tengo gemelo pero, de haberlo tenido, sería igual que ese tío. Nos paramos uno frente al otro. Nos miramos. Y, al rato de estar guardando un silencio muy violento, le pregunté:
- ¿Te llamas David?
- Sí. ¿Cómo lo sabe?
- ¿Y tienes algo que ver con Miguel Ángel?
- Sí. Es mi padre.
- Misterio aclarado -dije marchándome con la vanidad por los suelos.
- ¡Oiga! ¡Oiga!
- ¡Que te den!
Dos mujeres que me crucé en la calle se detuvieron al verme y exclamaron: "El David de Miguel Ángel". Confieso que me sentí halagado.
- Muchas gracias -contesté, y seguí mi camino dejando a las dos buenas señoras boquiabiertas sin quitarme ojo de encima.
Las semanas posteriores parecía otro. Sin perdonar un solo espejo. Componiendo muecas imposibles en presencia de damas. Afectando un entono que daba asco mirarme. Aquel solo piropo bastó para convertir a un hombre, hasta la fecha, digno en un pisaverde engreído. Así somos. El caso es que, hace unos días, iba yo paseando cuando me topé a un fulano idéntico a mí. No tengo gemelo pero, de haberlo tenido, sería igual que ese tío. Nos paramos uno frente al otro. Nos miramos. Y, al rato de estar guardando un silencio muy violento, le pregunté:
- ¿Te llamas David?
- Sí. ¿Cómo lo sabe?
- ¿Y tienes algo que ver con Miguel Ángel?
- Sí. Es mi padre.
- Misterio aclarado -dije marchándome con la vanidad por los suelos.
- ¡Oiga! ¡Oiga!
- ¡Que te den!
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