(Publicado en mi blog antiguo el jueves 28 de mayo de 2009)
Llamé a una tienda de la que soy cliente habitual. Me atendió un empleado, al que pregunté por el dueño.
- Sí, un momento. ¿De parte de quién?
- De Pepe Gómiz.
- ¿Pepe Gómez?
- Gómiz.
Pude escuchar la conversación que mantenía con su jefe lejos del teléfono.
- Un tal Pepe Gómiz.
- Ni idea.
- Pues parece que te conoce.
El jefe se puso.
- ¿Quién es?
- Pepe Gómiz.
- ¿Quién?
- Pepe Gómiz.
- ¿Pepe Gómez?
- ¡Gómiz, coño!
- ¡Ah! -fingió.
Le colgué. A ese tío le he dado a ganar como dos millones de pesetas. Yo me acordaba de su nombre. Pero él no del mío: ¡Más tonto, y no nazco!
- Hasta nunca, tendero.
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