(Publicado en mi blog antiguo el miércoles 10 de junio de 2009)
Di un buen sorbo a la jarra, repasé lo cotidiano y comencé a escribir.
De entre los numerosos ardides que la vida utiliza para confundirnos, es el aspecto de las personas, con mucho, el más eficaz, y la corbata su principal herramienta. Todo sinvergüenza la usa para embaucarnos...
Me tocaron en el hombro. Era un tío trajeado.
- Disculpe, pero yo uso corbata y no soy un sinvergüenza.
- Por supuesto. ¿Cómo se llama usted?
- Antonio Martínez.
Seguí escribiendo.
... librando a don Antonio Martínez, cuyas rectas intenciones quedan desembarazadas de cualquier ambigüedad...
Lo miré. El tío asintió satisfecho y se marchó. Yo seguí escribiendo.
... "fuera aparte" estas enmiendas, insisto en que todo sinvergüenza...
Volvieron a darme en el hombro. Era el tío.
- Disculpe, pero mi padre también usa corbata.
- ¿Cómo se llama su padre?
- Antonio Martínez.
- Aguarde un momento.
... asimismo libramos y desembarazamos al señor padre del anterior, llamado igualmente don Antonio Martínez...
- Correcto -dijo el hombre marchándose otra vez.
... incluidas las exclusiones, ya sí, repito que todo sinvergüenza...
Me dieron de nuevo en el hombro. Era él.
- Pero es que no solo yo y mi padre. Conozco a mucha gente que usa corbata y no son sinverg...
Ni lo dejé que acabase. Cogí el papel y lo hice pedazos.
- ¡Tampoco es eso, caramba!
- No -respondí-. Si, total, era una tontería.
La mosca cojonera terminó su consumición y se despidió muy amable cuando se iba. Le correspondí con mi mejor sonrisa y un golpe de cabeza de los de "cervicales a tomar por culo".
- ¡Mala puñalada te den, cenizo!
No vuelvo a escribir en un bar.
Di un buen sorbo a la jarra, repasé lo cotidiano y comencé a escribir.
De entre los numerosos ardides que la vida utiliza para confundirnos, es el aspecto de las personas, con mucho, el más eficaz, y la corbata su principal herramienta. Todo sinvergüenza la usa para embaucarnos...
Me tocaron en el hombro. Era un tío trajeado.
- Disculpe, pero yo uso corbata y no soy un sinvergüenza.
- Por supuesto. ¿Cómo se llama usted?
- Antonio Martínez.
Seguí escribiendo.
... librando a don Antonio Martínez, cuyas rectas intenciones quedan desembarazadas de cualquier ambigüedad...
Lo miré. El tío asintió satisfecho y se marchó. Yo seguí escribiendo.
... "fuera aparte" estas enmiendas, insisto en que todo sinvergüenza...
Volvieron a darme en el hombro. Era el tío.
- Disculpe, pero mi padre también usa corbata.
- ¿Cómo se llama su padre?
- Antonio Martínez.
- Aguarde un momento.
... asimismo libramos y desembarazamos al señor padre del anterior, llamado igualmente don Antonio Martínez...
- Correcto -dijo el hombre marchándose otra vez.
... incluidas las exclusiones, ya sí, repito que todo sinvergüenza...
Me dieron de nuevo en el hombro. Era él.
- Pero es que no solo yo y mi padre. Conozco a mucha gente que usa corbata y no son sinverg...
Ni lo dejé que acabase. Cogí el papel y lo hice pedazos.
- ¡Tampoco es eso, caramba!
- No -respondí-. Si, total, era una tontería.
La mosca cojonera terminó su consumición y se despidió muy amable cuando se iba. Le correspondí con mi mejor sonrisa y un golpe de cabeza de los de "cervicales a tomar por culo".
- ¡Mala puñalada te den, cenizo!
No vuelvo a escribir en un bar.
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